¿Tiene sentido hacerse preguntas?

La pandemia nos ha traído, entre muchas otras cosas, las clases online y con ellas una nueva forma de educación y de relación entre el alumno y el profesor, que implica, entre otras cosas, él ponerse la cámara. El que los estudiantes rehusen o se muestren reacios a ponerse la cámara es causado, en mi opinión, más por el hecho de que otros alumnos puedan ver al estudiante en cuestión que el hecho de que el profesor pueda verle. Aparte, hay que señalar el obvio comportamiento de algún alumno de no querer ser visto ya que en el transcurso de la clase realiza otras actividades que no son de la índole de la asignatura tales como mirar el móvil o simplemente no estar presente. Aunque esta generación de alumnos se vea inmerso en un mundo digital en que la dialéctica social se organice en exponernos en fotos mediante aplicaciones en las que nos mostramos de forma distorsionada e irrealmente optimistas el situarnos enfrente de una cámara es distinto ya que no controlamos esa imagen que queremos

 La psicología tiene como objetivo descubrir los procesos químicos que explican los comportamientos anímicos originados en el cerebro, sucesiones microscópicas que desembocan en cómo pensamos y cómo actuamos explicadas, en nuestro contexto, en apenas 6 páginas de pdf de teoría. Cuesta imaginar que se pueda lograr entender la base mínima teórica que se nos precisa en este curso en apenas dos horas a la semana en un año tan complejo como este.  Lo más complicado de entender de la asignatura es conseguir entender ese entramado de sistemas neurológicos y anatómicos que nos condiciona que se resuelve simplemente con exámenes que, adaptados a las condiciones materiales, resultan muy intuitivos y ayudan a una comprensión clara y general del tema si has prestado la atención necesaria en clase en vez de simplemente absorber todos los conocimientos teóricos básicos para luego vomitarlos en el examen. Entender psicología a través de esas explicaciones pausadas, con la eviterna insistencia del pro